¿Habrá animales en el cielo?

Siempre ha existido un vínculo único entre los seres humanos y los animales. Comenzó en el Edén, donde a Adán no se le pidió que nombrara las plantas y las rocas, sino a todos los animales del campo y las aves del cielo (Génesis 2:19).
Esta conexión especial entre las personas y los animales se subrayó más tarde en la historia de Noé. Cuando llegó el diluvio, Dios preservó no solo a la familia de Noé sino también a los animales, asegurando su lugar en la “nueva creación” que surgió del arca.

De manera similar, en Nínive, cuando Dios amenazó con destruirlos, el arrepentimiento del pueblo incluyó a sus animales, que ayunaron y se vistieron de cilicio junto con ellos (Jonás 3:7-8). La compasión de Dios se extendió incluso a estas criaturas (Jonás 4:11).

Dado que la misericordia de Dios se extendió incluso a los animales, surge la pregunta: ¿Habrá animales en el cielo?

Si bien las Escrituras no prometen animales en el cielo, tenga en cuenta que el cielo no es el destino final de los cristianos. Esperamos la resurrección de nuestros cuerpos y los nuevos cielos y la nueva tierra que vendrán (2 Pedro 3:10-13).
Esta creación restaurada, descrita por Isaías, es un lugar de regocijo donde “el lobo y el cordero pastarán juntos, y el león comerá paja como el buey” (Isa. 65:25). En uno de los capítulos que leemos hoy en La Biblia en un año, Isaías habla de un mundo donde el lobo morará con el cordero, el leopardo con el cabrito y un niño jugará sobre la cueva de la cobra (Isaias 11:6-8).
Entonces, ¿habrá animales en la nueva creación? ¡Sí! La visión de Dios para la nueva tierra incluye la restauración de toda la creación, incluidos los animales.

En Cristo, Dios está haciendo nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:5). En la nueva tierra, viviremos en armonía con la creación, disfrutando de la compañía de los animales que una vez nombró nuestro primer padre, Adán.

 

Por Chad Bird